Los noticiarios nos demuestran, día a día, que la realidad es más monstruosa, peligrosa y terrible que cualquiera de los apocalipsis cinematográficos o televisivos con que decidieron bombardearnos los magnates de la nada, hace ya tiempo, sin pensar ni por un instante en los daños colaterales. Al fin, tales daños, como en la guerra, son los que menos duelen a quien ostenta el poder, o a quien contempla el dolor encerrado tras los barrotes de la pantalla de plasma. Leo estos días sobre las torturas que sufrían/sufrieron/sufren un nutrido puñado de chavales internados en un centro de menores de Almería.
Ocurre en Almería, ya digo: Campos de Níjar que recorriese Juan Goytisolo, cuando aquellas tierras cargaban públicamente el fardo infame de la carestía y el hambre. Hambre que descubría llagas en los parajes lunares de una tierra que decidimos olvidar en un pliegue de esta piel de toro con que cubrimos el latido de un perro rabioso. Pero, según nos explica el poeta en su libro, la dignidad y la cercanía de aquellas gentes hicieron más llevadero su peregrinaje almeriense. Hoy, tal calidad humana ha tornado lúgubre y goyesco lienzo, y Almería se engalana con opulencias de plástico bajo cuyo techado de toxicidad y fruto apócrifo sucumben los nuevos olvidados. Me refiero a esos llegados del Este de Europa, de Latinoamérica, del Magreb o más allá. Los oriundos, por contra, añaden cifras a sus crecientes cuentas bancarias. La miseria ya no es cosa suya. Y, ya puestos, igual da un putomoroterroristajodidogitanorumanomalditovagosudaca que un chaval al que se pretende extirpar violento brote de violencia en un centro de menores, a pesar de que dicho centro deba velar, ante todo, por su salud física y mental.
Ocurre en Almería, ya digo: Campos de Níjar que recorriese Juan Goytisolo, cuando aquellas tierras cargaban públicamente el fardo infame de la carestía y el hambre. Hambre que descubría llagas en los parajes lunares de una tierra que decidimos olvidar en un pliegue de esta piel de toro con que cubrimos el latido de un perro rabioso. Pero, según nos explica el poeta en su libro, la dignidad y la cercanía de aquellas gentes hicieron más llevadero su peregrinaje almeriense. Hoy, tal calidad humana ha tornado lúgubre y goyesco lienzo, y Almería se engalana con opulencias de plástico bajo cuyo techado de toxicidad y fruto apócrifo sucumben los nuevos olvidados. Me refiero a esos llegados del Este de Europa, de Latinoamérica, del Magreb o más allá. Los oriundos, por contra, añaden cifras a sus crecientes cuentas bancarias. La miseria ya no es cosa suya. Y, ya puestos, igual da un putomoroterroristajodidogitanorumanomalditovagosudaca que un chaval al que se pretende extirpar violento brote de violencia en un centro de menores, a pesar de que dicho centro deba velar, ante todo, por su salud física y mental.
Micah P. Hinson (cortesía de "la red") |
O tal vez sea que sólo el que sufre tiene capacidad para crear obras incólumes al paso del tiempo, porque nos recuerdan que la vida no es buena, ni bella. Así, me pregunto si sería factible que alguno de los niños torturados en el centro de menores almeriense vuelque, alcanzada la edad adulta, su trágico devenir en bellas estrofas contra las que el tiempo nada pueda. De seguro que sí. Pero serán, como la poesía de Micah P. Hinson, verbo torturado, palabra acribillada. Aunque, de momento, lo único que pueden escribir esos atormentados chiquillos, si alguien les proporciona la oportunidad, es largas y dolorosas "confesiones" sobre los abusos sufridos, soñando que algún día alguien pueda ejercer su labor una justicia que se hace pasar por ciega para recibir ayudas de la ONCE, por ejemplo.
Disculpen, aún no he terminado. Ventajas de escribir con retraso: recién leo que la Junta de Andalucía ha desestimado las denuncias argumentando que se siguieron en todo momento las normativas aplicables según la Ley del Menor. Tal ley, ya de por sí, es pura antinomia si tenemos en cuenta que no hay más ley para el niño que el libre albedrío y la ausencia de horizontes jurídicos. Pero si consideramos que, además, se permite reescribir con versos de sangre el futuro de tantos menores, deberíamos empezar a aplicarle el nombre que merece, el de esa otra ley por la que nos regimos los adultos: la Ley de la Selva.Y, sabiendo que los trabajadores que ejercían el maltrato en el citado centro de menores no habrán de temer por su futuro laboral, sí podemos proponerles un ascenso recordándoles que hace falta mano dura en la valla de Melilla. Y es que los niños maltratados, si además son negros, tendrán poesía más cruel con que encandilarnos los sentidos... si alcanzan la edad adulta, claro.
Disculpen, aún no he terminado. Ventajas de escribir con retraso: recién leo que la Junta de Andalucía ha desestimado las denuncias argumentando que se siguieron en todo momento las normativas aplicables según la Ley del Menor. Tal ley, ya de por sí, es pura antinomia si tenemos en cuenta que no hay más ley para el niño que el libre albedrío y la ausencia de horizontes jurídicos. Pero si consideramos que, además, se permite reescribir con versos de sangre el futuro de tantos menores, deberíamos empezar a aplicarle el nombre que merece, el de esa otra ley por la que nos regimos los adultos: la Ley de la Selva.Y, sabiendo que los trabajadores que ejercían el maltrato en el citado centro de menores no habrán de temer por su futuro laboral, sí podemos proponerles un ascenso recordándoles que hace falta mano dura en la valla de Melilla. Y es que los niños maltratados, si además son negros, tendrán poesía más cruel con que encandilarnos los sentidos... si alcanzan la edad adulta, claro.
Escribí un comentario antes y no puse entrar. te decía, que vayas a mi muro y allí, hay una petición de una organización que está recogiendo firmas para que cierren el Centro. También, te pregunto que cómo o donde puedo escuchar " La Nada"
ResponderEliminarGracias. Saludos
Ana: muchas gracias por la información, de verdad. Respecto al
Eliminaralbum de Micah P. Hinson, sinceramente, no puedo ayudarte, yo lo he comprado. No sé si habrá alguna página gratuita de escucha, si lo sé te informaré. Un abrazo.