Por favor, no se alarmen. Tampoco se alegren. Lo digo por el título de esta "entrada". Aún queda mucho por delante, o al menos eso quiero pensar...
Sólo se trata de una nueva torpe burda metáfora que añadir al torpe burdo catálogo de "variedades" en que he pretendido convertir este blog.
El caso es que vengo hoy aquí, de manera breve y fugaz, sólo por dejar cibernético y volátil testamento de los días pasados, por edificar desvencijado inventario anticipado de las jornadas venideras, no sé, tal vez únicamente buscaba una razón para hablar, de nuevo, de David Bowie.
Fue en 1973 cuando el maestro quiso dar por finalizada la gira de Ziggy Stardust y sus Arañas de Marte y, de paso, el violento fogonazo que fue la vida de aquel alienígena bisexual de nombre Ziggy. Como broche final eligió My Death, una canción de Jacques Brel: melancólica oda al final de una vida, o tal vez al comienzo de otra, en que el cantante belga desplegó todo el lirismo que sus voraces neuronas fueron capaces de esculpir. Y Bowie supo conducirla a un catártico paroxismo en que un público secuestrado en la caverna luminosa de su voz de extraterrestre profiriese, al final de la canción, gritos de socorro que a los menos avispados sólo parecieron fanáticos aullidos de sexual deseo. Quizás también lo fueran.
Repaso yo estos días un amplio inventario de momentos vividos con el vidrio de la sensación cicatrizando los labios del miedo, tras haberlos coloreado con riachuelos de plasma esencial. Recopilo abrazos, besos y caricias que han proporcionado belleza a este rostro que me evita, hoy, frente al espejo. Porque la belleza queda registrada en los surcos y alopecias que la superficialidad reinante denigra, en el amarillear de una mandíbula que dista mucho de poder encajar en los cánones mercantiles de lo que ha de ser una sonrisa perfecta, en la curvatura asimétrica de unos huesos mancillados por la carencia de calcio y el exceso de nicotina, cafeína, alcohol, horas de sueño y otras sustancias, en el tartamudeo bronco de una voz que no se atreve ya a proferir más verdades porque teme traicionarlas mañana.
Así, decido hoy cruzar el umbral que me sitúe al otro lado de una puerta en que me esperas tú, seas quien seas, ángel o demonio, qué importa. Lo imprescindible es conservar entre las manos la belleza desprendida de las horas compartidas, sabiendo que se renovará en novísimo latido.
Perdón, dije al inicio que haría una entrada breve, y me sale un largo soliloquio incomprensible. Pero...aún me resta confianza: quien tenga oídos que escuche. Si, aún así, no os llega alto y claro mi balbuceo, lo solucionará la voz de Bowie, con la que he querido rubricar este malherido tropel de palabras.
Mi muerte me espera al otro lado del atlántico como a Bowie le esperaba al otro lado de la puerta. Murió Ziggy y nació Aladdin Sane. A saber quién nace en esas tierras bolivianas que me aguardan. Pero es seguro que habrá un alumbramiento.
Mi muerte me espera al otro lado del atlántico como a Bowie le esperaba al otro lado de la puerta. Murió Ziggy y nació Aladdin Sane. A saber quién nace en esas tierras bolivianas que me aguardan. Pero es seguro que habrá un alumbramiento.
No abandonaré el Hafa. Ya dije, en el inicio de los tiempos, que el Hafa es únicamente un estado mental, emocional, que desde siglos atrás me tiene ya atrapado. Pero inicio andadura, en breve, por un nuevo estadio de conciencia, eso creo. Me aventuro en El Dorado, y a quienes habéis dado cuerda a este mecánico muñeco maltratado, amigos, hermanos, os invito a seguir mis pasos. Supongo, pues, que por aquí me seguiréis viendo, ignoro ahora con qué frecuencia, pero allí también me encontraréis...
...so let's drink to that and the passing time
-así que brindemos por ello y por el tiempo que pasa-
Nacerán grandes momentos, emociones, gentes que seguro enriquecerán tu camino agradecidos, seguro, por compartir sus vidas contigo.
ResponderEliminarTe seguiré, por supuesto, donde decidas estar.
Gracias amigo!
Inés
Crecemos cuando salimos de nuestra zona cómoda, y en es te salir y entrar, muerte y renacimiento al fin, nos reinventamos cada día haciendo añicos la permanente sensación de abandono, de huida, de espasmo, de vértigo. Allá donde vayas, te aguarda lo mejor de ti mismo, que eres tu, compañero fiel e incombustible a los embates de la vida, permanente aventurero, tras la línea del horizonte siempre está lo más bello. Espero que las postales no se distancien mucho, las eharíamos de menos...... aunque .... Richard Bach que escribió "Ningún lugar está lejos", libro que yo recomiendo, tiene mucho que decir al respecto... ¡Que la vida te sonría!!! Maica
ResponderEliminarUn GRAN paso este de la transhumancia: Desde el secarral, que aún calcareo, te ha permitido esbozar bellas frases, ideas, voladas, pelotudeces, etc... hacia una Itaca "...masa exuberante, con raíces de encaje al suelo" ...Pablo, todo lo mejor amigo mío para ti y ella.
ResponderEliminarUn abrazo
Sole
Bueno siempre pretendemos atrapar las cosas y conseguir que sean infinitas, todo lo que empieza siempre tiene un final, pero como me dijo un gran amigo en el viaje, en la búsqueda está la esencia de la vida, la capacidad crecer y de hacernos sentir, brindo por esta nueva etapa, por la anterior y por los nuevos momentos que nos brinde la vida.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo desde este viejo continente. Arriba Vetusta.....