Fin de año, fin de ciclo, o al menos eso dicen todos aquellos que gustan de encerrar la vida en períodos numéricos, al igual que la encierran en numéricos propósitos, monetarios objetivos.
Quisimos soñar, algunos, que este 2012 traería bordado, en su ajuar de fechas, aquella que remendaría los brutales descosidos con que la infame avaricia humana ha estado afeando, durante ya demasiados siglos, el vestido de gala de la fraternidad y el abrazo.
Pasó la fecha soñada, transcurre la que pone fin al calendario, ese loco baile de cifras que, al fin, todos podemos comprender. Nada ha sucedido, al menos nada reseñable. Las calles siguen atestadas de bolsillos reventones y esperanzas con fecha de caducidad impresa. Los comercios reventados de falsa apariencia y ansiedad al filo de la ignominia. Las mesas explosionadas de vacuo exceso y gula supletoria. Así llegamos al fin de año, así decidimos inaugurar el venidero.
Pero no quiero ahora recopilar indignidades, lejos de mi intención amargar a quien decida leer estas líneas el brindis y el sueño, el beso y la caricia. Prefiero, por contra, retornar a la cómoda caverna de la costumbre y, ahora que no tengo cerca a los mios, recordar que son bastantes, y que a ellos se han añadido, a lo largo de estos doce meses, muchos otros con quienes no contaba, nuevos corazones que han palpitado, aunque sea por unos minutos, al ritmo enloquecido del mío propio.
Finalizo 2012, sí, haciendo memoria y decorando esta estúpida lágrima que aún se niega a tatuar con destreza mi mejilla acalorada. Duda entre un suicidio de pena y un asidero de luz. Duda entre ser melancólico llanto o esperanzada ilusión.
Echo la vista atrás, no mucho, y veo todos estos rostros que se engarzan a las líneas horadadas en mi rostro. Porque me hicieron sonreír y eso marca. Porque me hicieron soñar y eso marca. Porque están detrás de mí hasta cuando no los veo...y eso marca.
Así que fin de año y prefiero recolectar compañeros de viaje, antes que éxitos, fracasos, números o planes futuros. Son muchos, más de los que esperaba, y no sueño con que sean más al año próximo, tan sólo con poder mantener mi paso al ritmo delicioso con que han ido forjando, en mi rostro y mi reloj, la grandiosa sensación de sentir que la vida es tan sólo compartir momentos de calidad, calidez y belleza, con aquellos que, desnudos, a ti se acercan.
Finalmente, 2012, sí ha sido, para un servidor, cambio de ciclo. Gracias, amigos, hermanos, por formar parte del nuevo. Vosotros sabéis quienes sóis...no hace falta que os enumere.
Mirad a lo lejos 2012...adiós a tan anciana época...
Un beso y abrazo enormes. Por favor, no dejes nunca de deleitarnos con esa frescura que te caracteriza.
ResponderEliminarTu amiga la que sigue en el mundo oscuro del motor... jjjj
Un abrazo infinito, desde luego de las pocas cosas buenas de este año, añadiré al Inventario descubrir tu amistad y tus letras. Eso ya es mucho, bastante incluso para alejar otras penurias. Te deseo lo mejor, hermano de letras.
ResponderEliminarEs cierto que el ser humano busca encajonar el transcurrir de su vida en pequeños o grandes receptáculos, a los cuales pone nombre, comienzo y fin, con la absurda pretensión de controlar lo que acontece, absurda expectativa que al parecer consuela al pretendido controlador de su destino. Desde la antigüedad Cronos mide lo que hemos venido a llamar Tiempo.
ResponderEliminarTambién es cierto que el optimismo lleva en ciertas fechas determinadas, a hacer planes de futuro, concretos y determinantes. Puede ser el día del cumpleaños, el comienzo de un Año Nuevo.... La mayoría de estos buenos propósitos, se quedan en eso... proyectos de propósitos... o propósitos de proyectos que se pierden en el devenir de los días.
Aún así, me gusta pensar que hoy, nos sentimos capaces de acabar con malos hábitos, de dejar atrás malos momentos, de, al sonar las doce campanadas, dar con la puerta en las narices a los malos sueños y al mismo tiempo abrir un camino a la esperanza....
Podemos ser mejores, entre la gran avalancha de malas noticias que nos inundan desde cualquier lugar de la tierra en este mundo globalizado, cuesta abrirse espacio a la sonrisa, al gesto diario de corazones anónimos que entregan su vida a causas nobles, a la mano que se tiende y apoya sin esperar nada a cambio, a los millones de seres que transitan por el mundo siendo solidarios con el vecino, a la gente amable que hace el mundo más habitable.... La maldad, la inconsciencia, el egoísmo, estalla haciéndose presente con un ruido atronador, que llega a todos los rincones.
Yo creo y defiendo la bondad del ser humano, aunque pase desapercibida y nadie escriba sobre ella porque no es noticia. Está aquí junto a nosotros, cada día, impregnando cuanto toca, con su sencillo y cálido amanecer.
Pablo, ya ves, esto es lo que me ha nacido, “hablando” contigo después de leer tu magnífico “Despedida y Cierre”. No sé si tiene mucho que ver, pero estos son los derroteros donde me lleva la palabra, es bastante indómita y va por libre.
Sí quiero decirte que me uno a ti en la celebración de lo que realmente merece la pena: los buenos momentos compartidos, el abrazo hermano, la calidez del alma y la huella indeleble que deja cada uno de los Amores que transitan con nosotros el camino.
Para mi es un orgullo y un disfrute compartir, cómplice y admirada el canto de tus letras.
¡Feliz Año Nuevo!!!
No voy a felicitarte el año nuevo, Pablo, porque es algo numérico, y que miles de millones de no occidentales no lo tienen como barrera temporal.
ResponderEliminarLo que voy es a felicitarte y felicitarme por haberte conocido, por ser ese compañero de viaje, por tu palabra, por tus letras, por ser como eres.
Un fuerte abrazo.
... la grandiosa sensación de sentir que la vida es tan sólo compartir momentos de calidad, calidez y belleza, con aquellos que, desnudos, a ti se acercan... Hermoso!!! Feliz año, gracias por compartir.
ResponderEliminarFeliz año Pablo! Sin duda el 2013 traerá muchos cambios a mi vida y espero que sean tan positivos como los que has vivido tú este año y encuentre muchos compañeros de viaje también.
ResponderEliminarMuchos besos para los dos!!
¡Feliz año Pablo!
ResponderEliminarComo dijo Bukowski, vivir demasiado exige algo más que tiempo.
En mi caso lo sé de buena tinta, y necesito de esa y otras tintas para disfrutar del día a día.
Un abrazo
Qué bonito... vengo tarde, como casi siempre en los últimos años... pero ha merecido la pena.
ResponderEliminarRecuerdo, de esas ancianas épocas que nos trajeron a estos días, el pesimismo que no te dejaba ver el futuro deseado. Me alegro tanto de que la vida te haya llevado la contraria...
Un abrazo tan grande como la ditancia que nos separa.
maravilloso amigo Pablo todo lo que escribes aqui y por supuesto me encanto poder leer tu gran libro los Cuadernos del Hafa . Tuve la suerte de poder ir a la presentacion y me encanto el sitio era encantador y el libro era como un viaje un abrazo.
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