inspirado por la canción homónima de Quique González
Confeccioné tullidas pajaritas con el papel de regalo en que envolviste tu corazón
Amamanté los deformes retoños concebidos a la sombra de nuestras horrendas disputas
Corregí las profundas huellas de tus besos con la quimérica saliva de otro amor
Quise despedazar la luna que habitaba el charco en que se desangraron tus llantos
Inventé nuevos itinerarios en que colisionar el bólido infame de mis deseos
Pasaron minutos, meses, años, vidas.
Regresé, sin remedio, a la guarida fresca de tu abrazo, para lavarte los pies con la lluvia ácida de mi derrota.
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