postales desde el Hafa

Você não quer ouvrir o Caetano? nos increpó la mesera mientras acercaba a nuestra mesa otra caipirinha y otro shot de chachaza artesanal e...

Mi padre gustaba afirmar que Madrid limitaba al oeste con ese regato de patos asesinados y detritus náufragos que es el río Manzanares. Pero...

«Nochemente en primera persona oigo yorar y en el arrullo del silencio discrimino los timbres inauditos de mi acústica estética» Carlos Edmu...

He decidido hacer, de la noche en que se disgregan todos los abrazos, timbre para la canción de la soledad y ritmo para el compás del no sie...

No hay victoria que sea final ni derrota total Llegará con mano dura y perderán la ocasión de entender que es la ternura nuestro don Nacho V...

Quedamos en Lavapiés. Río abajo enjuagaban caminata y ropaje los moros entre menta y albahaca sembradas bajo lo que hoy es beligerante sustr...

Anchoas en su exacto punto de carnosidad mordida por la mordiente de la mar en crecida. Piparras navarras al punto de sal ejerciendo natacio...

Derrick lee un artículo, puramente alimenticio, que recién escribí acerca de los libros de cabecera del estoicismo. Me habla, desde México, ...

E l gato era pequeño. De tan pequeño, podríamos asegurar que sólo tenía cabeza. Ni tronco ni extremidades, sólo cabeza. Estaba hambriento, e...