martes, 13 de marzo de 2012

volver a los clásicos

Se acercan días de festividades en que los esforzados trabajadores podrán gozar del asueto y las horas libres. Un fin de semana largo para que los asalariados pongan tierra de por medio y hagan alguna escapada que les permita olvidarse del tedio y la rutina.
Desde hace años aprovechan, los nacionales, cualquier pequeña festividad para alargar el descanso, y gustan de emprender viajes que, de ser posible, les alejen no sólo de su ciudad sino incluso de su país. Conocer otras ciudades, otras tierras, otros lugares que les permitan crearse una temporal ilusión de trotamundos aventurero. Estos largos fines de semana se aprovechaban, antes, para visitar Londres, París, Roma, y en ese plan. Breve merodeo por los rincones foráneos del planeta para regresar cargados de digitales instantáneas de monumentos y de estrés provocado por la necesidad de comunicarse en un idioma ajeno al propio. Hacer turismo, y olvidar que la vida es muy otra, aunque sólo sea durante 3 ó 4 días.

Parece ser que la crisis económica ha variado las costumbres nacionales y, en la festividad que se avecina, pocos franquearán las fronteras de la península ibérica. Regresa, pues, el asueto de sol y playa, el litoral descanso a la sombra del parasol del vecino, el trotar paseos marítimos a la busca de chiringuito estival y mirada fugaz de esa mujer ajena que pasea su esplendor de bikinis y falsos bronceados por entre la multitud ociosa. Para otra ocasión quedará el ascender a los cielos parisinos que mordisquea la Tour Eiffel, por ejemplo.
Un servidor, viviendo todavía la vacación permanente, ha decidido permanecer varado en la desidia de asfalto de la ciudad insomne. Vamos, que ni dinero ni ganas de salir a chapotear el mediterráneo en la comunión de los cuerpos festivos.

Led Zeppelin (cortesía de "la red")
Hoy, tras airear mi frenesí de vocales y consonantes por entre el teclado, agotada la ración diaria de capacidad creativa, presto a ponerme a los fogones, decido apabullar, a los vecinos que no están, con la electricidad sinfónica y agreste de Physical Graffiti, ese legendario álbum de los legendarios Led Zeppelin, a un volumen desmesurado. Finalmente los fogones han permanecido silenciosos y fríos, y he pasado los 83 minutos de duración del doble vinilo degustando con vicio y placer cada uno de los embriagados solos de la guitarra de Jimmy Page, los estalactíticos acordes del bajo de John Paul Jones, los galopantes truenos de la batería de John Bonham y, por supuesto, las celestiales alquimias vocales de Robert Plant. Glorioso momento entregado a los escalofríos sónicos con que desgarra mi columna vertebral la embestida brutal del Martillo de los Dioses. He comido demasiado tarde, qué remedio.

Sabiendo que pasaré el holgado fin de semana en la ciudad, he tomado la firma decisión de emplear al menos una jornada completa enredado en las resonantes marañas melódicas que engendraron mis amados Zeppelin, abandonado al azaroso baile de sus armónicos vinilos, sin orden más allá del que decidan establecer mis desorientadas neuronas. Quizás aderece el viaje con alguna sustancia tóxica.

En estos tiempos de novedad vertiginosa y caducidades artísticas, es sano volver, de tanto en tanto, a los clásicos. No me apetece pues, durante el largo fin de semana, esforzarme en conocer nuevos grupos, flamantes y novedosas melodías. No cobro salario, no, pero tampoco me considero desempleado. Al fin y al cabo escribo, mucho. Así que tengo derecho también a disfrutar de estas festivas jornadas venideras. Y, a veces, no hay mejor vacación que volver a lo ya conocido, a los clásicos, y aparcar el apabullante ajetreo de primicias y descubrimientos.

Aquellos que regresarán a la playa mediterránea de su infancia, al pueblo deshabitado de su adolescencia, deben quizás no lamentarse por la carencia económica que les impide conocer nuevas tierras, alegrarse porque aún pueden regresar a los clásicos. Yo haré lo mismo. Retornaré a Led Zeppelin, esa patria conocida y siempre nueva.

¡Disfruten sus vacaciones!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

soy todo oídos...